El mejor ejemplo de ironía se hará presente con el próximo estreno de la serie llamada Celeste, que es el nuevo proyecto televisivo de la plataforma Movistar Plus, que casualmente relatara una historia que coincide con las vivencias de la cantante Shakira.
Específicamente coincide con los problemas legales que enfrento la colombiana con la fiscalía recaudadora de impuestos en España.
Celeste es la gran estrella de la música latina. Sus canciones son un fenómeno mundial. Sus conciertos llenan estadios. Tiene su propio perfume, su propia marca de lencería y una melena kilométrica que promociona su propio champú. Pero esta serie no trata sobre ella.
La verdadera protagonista de Celeste es Sara Santano, una inspectora de Hacienda que ha dedicado toda su vida a la recaudación de impuestos. Eso es lo único que ha hecho desde que se sacó las oposiciones siendo una veinteañera hasta hoy que, después de más de treinta años entregados a la Agencia Tributaria, ha llegado el momento de prejubilarse. O eso creía ella. Porque el último día recibe el encargo más importante de su carrera: demostrar que Celeste, la gran estrella latina, reside en España y tiene que pagar aquí sus impuestos.
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